Time of our Lives

A lo mejor simplemente me cansé. Sí, me cansé. Porque así como me dijo Argentina hoy, me precipito mucho a las cosas (y quizá con él no pero igual tiene razón, ¡qué tal concha por Dios!).

Claro, te lo explico al toque, pero entre otras cosas va porque así el mundo seguiría siendo mundo en mi país (osea no habría escasez de jardineros como ahora que todos quieren ser abogados o congresistas), no existirían los odiosos teléfonos celulares y los putos sms. No tendría que enterarme en cuestión de horas lás últimas cagadas que le suceden a mis amigos, ni tampoco tendría que morir de envidia sabiendo que hubo tal fiesta o tal concierto en tal lugar y que mis amigos se fueron de fin de semana a tal país para estar ahí. Y sólo digo un par de cosas.
Sí, antes todo era más simple, el mundo era de la gente de siempre, vivías en tu lugar, la gente tendía a mudarse menos, a vivir en su burbuja un poco más. Y claro, el que decidía irse no tenía la obligación ni tácita ni obligada de regresar, pase lo que pase, pese lo que pese, y como que esa persona se perdía un poco al irse, perdía derechos y obligaciones, y a mi me parece que todo bien ¿no?.
Ahora pienso en esto porque siento que la globalización ha cagado parte de mi vida. Y la sigue cagando. No permite que yo me desarrolle, es como que el Banana Republic state of mind, de la cual hablaba con Niño Pol el otro día, me persigue. Que si yo me voy, que si tú te vas, que si me mandaste o no este mensaje, que cuándo vuelves, que la distancia es una mierda, que a tu cultura no la soporto, que tú eres de una parroquia diferente a la mía (usted entiende Fer).
Odio que pongas de excusa que yo vivo en otra parte, odio eso, como odio tambén que me hayas hecho pasar el papelón ese en Lima la semana pasada. Fatal.
¡Qué hubiese dado yo por ser un simple trujillanito al que le gusten los caballos de paso, la cerveza por toneladas, perrear con cholas y la música pachanguera!.
Europa en los 60s, voy para allá, no regreso. Hasta Usa en los 80s. Pero no, me fui fuera y ahora. Y me siento forzado a regresar siempre.